sábado, 16 de agosto de 2014

La Vieja de Guillermo Rama en 2006

Febrero de 2006. Por fin llegó Billy Branch a la Ciudad de México, y anoche tuve la oportunidad de presenciar parte del ensayo realizado en Ruta 61, con Vieja Estación, banda que acompañará durante sus tres presentaciones (los días 2, 3 y 4 de este mes) a quien en los 70 sustituyó a Carey Bell en la banda de Willie Dixon.

Comprobé algo que he sabido desde hace tiempo: Vieja Estación está a la altura del compromiso que significa acompañar como banda a un músico formado en la mejor escuela del blues.

  2 de febrero. What a night!, me dice Ignacio Espósito. What a band!, le respondo, con la certeza de que la noche esta sostenida por un alma universal que tiene su ombligo en la Ciudad de México, y dos cordones umbilicales cuyos extremos tocan Chicago y el barrio de Palermo, en Buenos Aires.


Billy Branch y Vieja Estación mostraron la belleza del blues cuando éste pende del talento y la capacidad expresiva de grandes músicos. El armonicista de Chicago pudo decir su discurso gracias, en gran parte, a que Ignacio Espósito, José Luis Sánchez, Mauro Bonamico y Santiago Espósito ejecutaron con sorprendente acierto las piezas que apenas si habían ensayando uno o dos días antes: Bring it on home, Grown mery, The blues follow me around, Crazy mixed up wild, Everysight to the blind, Crank it up sckecht my beck, Boom Boom, Crazy mixed world, Got my mojo working, Key to the Highway y otras.

En la segunda parte de la noche, Ezequiel Espósito fue llamado por Billy Branch, y pudimos entonces escuchar dos voces sin otra geografía que la isla del blues. También subieron Betsy Pecanins y Male Rouge, descritas por Branch como “my princess” y “a sexy girl”, respectivamente.

Como era de esperarse, el lugar se llenó; y entre los presentes no faltaron músicos extraordinarios y figuras de la farándula: Jaime Holcombe, Betsy Pecanins, Iván Lombardo, Malena Fonrouge (Male Rouge), Hernán Silic (Pelusa), Raúl de la Rosa y Javier García, entre otros.

Lalo Serrano, dueño del lugar, hizo milagros para que el servicio estuviera a la altura de las circunstancias. Apenas un día antes, el barman se había despedido; sin embargo, Lalo fue pulpo que atendió todas y cada una de las solicitudes de su equipo.






3 de febrero. La noche del viernes fue extraordinaria en muchos sentidos: abarrotado el Ruta 61, Lalo Serrano tuvo que dar instrucciones para bajar la cortina y, así, evitarse la pena de decir a los rezagados que ya no cabía ni un alfiler. Billy Branch se dio entero, sin condiciones, incluso sobrepasando los límites de la bondad y la complacencia: no sólo tocó blues sino que, además, se dio tiempo para dictar cátedra y expandir la idea de que el blues es más que un género musical, es un gesto humano, una sudoración, un brote universal del alma.

4 de febrero. El fin de semana amarró bien, porque a las ocho de la noche del domingo se transmitió por radio la primera parte de la entrevista al armonicista, con la presencia en cabina de Octavio Herrero, Lalo Serrano, Cecilia García-Robles y, por supuesto Raúl de la Rosa, conductor del programa Por los senderos del blues.

Lo cierto es que el sábado Ruta 61 fue de nuevo punto de encuentro de amantes del blues y de músicos conocidos, medio conocidos y absolutamente desconocidos (como yo, que ya hice una obra maestra, Amanecer de un ejército vencido, y nadie me ha querido reconocer mi aportación a la humanidad, a pesar de que nadie sabe -ni yo- que en realidad se trata de un plagio: Red River Valley).

Como la noche fue abierta por Guillermo Briseño, tuvimos la oportunidad de ver, después de mucho tiempo, a la hermosa Hebe Rosell, que acompañó a la banda de Memo en algunas de las canciones. A propósito y si no contamos a las embarazadas, por ahí anduvo el ser más pequeño que ha visitado Ruta 61, un bebé. ¡Pobre, a ver si no ya lo marcaron de por vida y crecerá con la sensación de que la música es aquello que te atormenta durante el sueño!

También estuvieron Iván Lombardo, ex-integrante de Las Señoritas de Aviñón; el escritor y periodista Jaime Avilés; Nicolás Martínez Marentes, líder de The Lyria; Raúl de la Rosa; los artesanos Febe y Carlos, que le regalaron a Billy Branch un emplomado con su perfil; el coordinador del Plantel del Valle de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, maestro José Remus, con Teresa, su esposa; María de la Luz Roa, a la que le debo una fotografía. ¿Quién más? ¡Mucha gente! Jaime Holcombe había quedado de hacerse el aparecido, pero a la mera hora no llegó.












No hay comentarios:

Publicar un comentario